Desde que tenemos memoria, siempre se nos ha recordado que si dejábamos durante toda la noche un diente dentro de un vaso de cola, finalmente se acabaría deshaciendo. La misma historia también es muy famosa pero con un trozo de carne como protagonista.

Toda esta leyenda urbana la inició en 1950 un profesor de la Universidad de Cornell, quien aseguró que el refresco era causante de caries y que si se introducía una pieza dental dentro de un vaso con refresco de cola, se acabaría disolviendo a las 48 horas.

Pues podemos decir que no estaba en lo cierto. Esta y otras cien preguntas curiosas quedan respondidas el el libro El nuevo pequeño gran libro de la ignorancia (Paidós), de John Lloyd y John Mitchinson.

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