Como seguro sabrás, compañías como Dentix, Idental y Funnydent ya no existen. Y hay una razón para ello, que te vamos a explicar en este artículo. Las macroclínicas dentales, la mayoría franquicias, tiene un dudoso sistema de funcionamiento. En 2020 Dentix dejó más de 100.000 afectados por el descalabro de su macroclínica. Mientras tanto, las clínicas independientes -como en el caso de Dentaesthetic Corporation-, vemos como estos pacientes que han quedado con su tratamiento a medias vienen a pedirnos ayuda.
En este tipo de negocios dentales, el paciente comienza un tratamiento con una clínica de la franquicia. Pero dicha consulta dental solo comparte la marca con su franquiciador. ¿Qué sucede entonces? Que dicho franquiciador y propietario de la marca comercial, debería ser el responsable final del tratamiento. Pero, en la práctica, no lo es. Y ahí es donde empiezan a surgir problemas que no hubieran existido de realizarse el tratamiento en clínicas independientes (como es Dentaesthetic Corporation).
Esta clase de tratamientos, en la mayoría de los casos, están financiados. Y lo habitual es que los venda un comercial, no un dentista. Dicha financiación es la principal fuente de ingresos de estas macroclínicas. Lo económico prima, por tanto, respecto a la atención médica, lo que puede generar conflictos internos entre médicos y administración.
Sin tratamiento y pagando
Posteriormente, si estas compañías cierran, el tratamiento se interrumpe. Y, aunque se puede reclamar, las mensualidades siguen cargándose a la cuenta bancaria del afectado. Y los honorarios del abogado cuestan más de lo que se está pagando mensualmente, sin estar recibiendo el tratamiento.
Pero, como decíamos, en la esfera médica, los pacientes de estas macroclínicas pueden quedarse a medias de su tratamiento si ese “gran” negocio acaba clausurándose, como pasó con Dentix, Idental y Funnydent. Y es entonces cuando acuden a pedir ayuda a clínicas convencionales como la nuestra, donde ejercemos profesionales que estamos constituidos como pequeñas y medianas empresas independientes que no pertenecemos a franquicias.
Tampoco es de extrañar que estos macronegocios, tras su desaparición, vuelvan al mercado pero con otro nombre comercial. En esas circunstancias, el paciente que firmó con la marca anterior queda igualmente desamparado, ya que no le admiten la continuidad debido al cambio de sociedad. Y, de nuevo, somos los odontólogos independientes los que solemos retomar dichos tratamientos, lo que a la larga supone un coste adicional para el paciente.
Comerciales, no dentistas
Por último, otra situación real con la que nos podemos encontrar es que ese tratamiento ofrecido y vendido por un comercial de una gran compañía dental, no es adecuado. O no se puede llevar a cabo. La razón es que ese tipo de personal no posee criterio médico para decidir qué es lo mejor para el paciente. Otra muestra de la dudosa fiabilidad de las macroclínicas.
En esos momentos, los profesionales que recibimos al paciente perjudicado debemos replantear el tratamiento y darle soluciones nuevas. Un escenario que podría haberse evitado recomendando el tratamiento correcto desde el principio. Pero, en definitiva, esos pacientes se quedan sin el dentista que les había atendido desde el comienzo. Y la profesión de odontólogo se ve despreciada, a causa de la dinámica de estas macroclínicas. Por eso, desde Dentaesthetic Corporation queremos advertiros de esta realidad. ¡Confía en tu destista de siempre!